lunes, 17 de marzo de 2008

CRONICA DE VOCES FEMENINAS (...por Juan Calle)

Bueno, calor hacía ¿eh? Ya sé que para los forasteros más pero no es normal cómo se empapan aquí las camisas . Y encontrar el lugar... Peque, nos faltó comunicación, reconócelo. En fin, lo mejor de todo, eso sí, fue llegar -con la hora justita y algo apurado por ello- y encontrarme con esa sonrisa de tres mares de largo que parecer llevar de serie la amiga Peque. Apurado como estaba me despojé de sonrojo -que no de ropa- con su recibimiento. Luego, claro, Alfredo, Beni, Gema,...

Sin darme cuenta, estaban todas posando para la foto de recibimiento y yo flaseando tras el agujero de una estatuilla de adorno en la entrada procurando encontrar la fotazo de la tarde sin parecer un obsceno al hacerlo ante tantas mujeres, lo cual no es hábito en mí, claro, pero Peque me pidió fotos y no quería fallar sin morir antes en el intento. La lealtad, ya sabéis.

Cuando las muchachas, todas de negro y muy guapas, dicho sea de paso, se disponían a prepararse para el recital y un elenco de personas a visitar el antiguo conservatorio, tendréis que dispensar a este adicto que precisara echar unas caladitas en el exterior donde, por cierto, no estaba sólo -el tabaco ;s) , que siempre ha unido personas, no sólo las ha matado-. Esta parte, por tanto, no la narraré, como comprenderéis y así podréis manejar también los importantes e imprescindibles hilos... de la imaginación.

El caso es que, al cabo de diez minutos -quien dice diez, dice quince-, comenzamos a reunirnos de nuevo para adentrarnos a un patio de luces donde todo estaba dispuesto para llevar a cabo el primer gran acontecimiento de Sinfonía XXuna (disculpad pero consentidme la broma). Todas de negro, como ya he dicho, enmascaradas y el patio a oscuras: Peque a los mandos de la nave pasando imágenes; el poema Mujer, de Teresa Suárez, para abrir apetito; los compases al piano de Rocío entrelazando las notas por las que surcarían las cantantes; Gema Prieto desgranando como siempre los tonos, esta vez de Carrie, la canción que sirvió para encumbrar a Europe; Aryane que hizo de su sonho meu el sonho delirante de todos los presentes a ritmo de samba; Esther Duarte que, sin prisas y con calidad, nos emocionó con Mujer contra mujer; Rocío, que con su lírica "alumbró" las bambalinas del patio; No one ni dos, sino infinito y más y lo que haga falta de mano de Iria, que tiene mejor llave -keys- que la propia Alicia; y Virginia, qué manera de cantar, de sentir, de Sobrevivir a lo Paquito Ortega. También estuvo Nicolás Capelo para despedir a las muchachas. Pero lo más emotivo fue, sin duda, cuando fueron leyendo una tras otra, colocadas en fila india, los versos que Gema escribió para la ocasión. ¿Que por qué se enamoraron Gema, Aryane, Esther, Rocío, Iria, Virginia, Peque y Teresa de la música? Por lo mismo que un surtido público nos enamoramos de todas vosotras aquella tarde de miércoles 12 de marzo de 2008. Después, unas cervezas, unas risas, besos, abrazos y esas cosas pero eso, eso es otra historia . Besos castos

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